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Todo usuario de visores de caza y del tiro con rifle debe tener algunas nociones generales de óptica y conocer una serie de términos técnicos referidos a visores de puntería si quiere sacar el mayor rendimiento a su arma.
Es la cantidad de veces que el observador ve más cerca el objeto. A mayor aumento más cerca se ve el objeto, pero también tiembla más el pulso a tal punto que la mayoría de las personas no pueden disparar con precisión sin apoyo con más de 6 aumentos, ni pueden realizar observaciones cómodas, utilizando las dos manos, con prismáticos de más de 8-10 aumentos. Por eso, cuando se dispara utilizando más aumentos de un visor o se observa con unos prismáticos potentes, es necesario utilizar un apoyo.
Es la zona delantera del aparato por donde entra la luz. El tamaño o diámetro de la lente del objetivo, que se expresa en milímetros, determina la cantidad de luz que entra dentro del visor o prismático: por tanto, cuanto más grande es el diámetro del objetivo más luz entra. Se considera que durante el día es suficiente que el ocular tenga 20 milímetros para poder realizar observaciones de calidad.
Sin embargo, al oscurecer, al amanecer y siempre que la luz sea escasa, se necesitan objetivos más grandes. Contar con un objetivo grande también es interesante porque permite seguir realizando observaciones a medida que anochece, durante un tiempo mayor. Los binoculares tienen dos objetivos y uno los visores.
Zona (lente/s) opuesta al objetivo, por donde mira el observador. Hasta la lente del ocular tiene que llegar la luz que entró por el objetivo. Sin embargo, nunca llega al ocular el total de la luz que entró por el objetivo porque en parte no es capaz de atravesar todas las lentes o prismas que hay dentro del aparato, y pueden superar con creces la decena, si bien en los visores y prismáticos de gran calidad esta pérdida de luz es mínima. Los binoculares, como su nombre indica, tienen dos oculares. El visor sólo uno.
Es aquélla que se produce dentro del aparato al reflejarse en sus paredes. Es perjudicial, porque si no se elimina (si el fabricante no evita que se produzca) una neblina gris cubre la imagen.
Es una medida óptica que determina la luminosidad (calidad o nitidez de imagen) que percibe el ojo humano con un determinado visor o prismático. Se obtiene con la fórmula «Diámetro del objetivo/N° de aumentos», y no conviene que sea mayor de 7 porque la pupila humana completamente dilatada sólo llega a 7. En teoría, influye en la capacidad de ver luminosa la imagen cuando oscurece. En la práctica, sin embargo, la pupila de salida no tiene grandes aplicaciones para valorar la calidad de visión porque el que se vea mejor o peor depende especialmente de la transmisión de la luz dentro del aparato. Es decir, con un aparato con una pupila de salida baja pero de alta transmisión de la luz, se puede ver mejor que con otro de alta pupila de salida y mala transmisión de la luz. No obstante, esta medida sí permite valorar la nitidez de la imagen de dos aparatos que posean la misma calidad óptica.
Es la medida del rendimiento de un prismático cuando hay poca luz. Es decir, es el valor que nos indica cuanto vemos cuando hay poca luz, ya que a mayor potencia nocturna más detalles podemos distinguir en el crepúsculo, cuando observamos en condiciones malas de luz. La potencia nocturna de un aparato óptico se obtiene por la fórmula «Raíz cuadrada de los aumentos x el diámetro del objetivo». De esta fórmula se deduce que a mayor aumento y diámetro de objetivo, la potencia nocturna aumenta, pero este valor, como el de la pupila de salida, también es teórico, porque influye la transmisión de la luz (además de la propia pupila de salida).
Término empleado para referirse a la cantidad de luz que deja pasar una lente o todas las que lleva en su interior el aparato. Si los prismas o las lentes no están tratados que impidan la reflexión de la luz, ésta se refleja en gran mecida y la transmisión es del orden del 60 por ciento. Cuando están tratadas o revestidas entonces la efectos de la reflexión son mínimos y la transmisión aumenta llegando a ser superior al 90 por ciento en los aparatos de gran calidad. No existe ningún instrumento cuya transmisión total o en una sola de sus lentes, sea del 100 por cien.
Es la porción de terreno que se puede observar a una determinada distancia: 1.000 metros para los binoculares (o 1.000 yardas) y 100 metros (o 100 yardas) para los visores. En el mayor o menor campo visual no influye el diámetro del objetivo, pero sí los aumentos (a mayores aumentos, menor campo visual) y la forma en la que está construido el visor o prismático. Precisamente porque influye el modo en que está construido el aparato, dos aparatos con los mismos aumentos pueden tener campos visuales diferentes. Igualmente, en los aparatos de mala calidad el campo no es nítido en todo el contorno, sino borroso en los bordes de manera que el campo visual que puede aprovechar el observador es inferior al teórico.
Binoculares y visores suelen llevar un mando que permite equilibrar la diferente visión de los ojos.
Mando de ajuste que permite observar con nitidez el objeto observado.
Los aparatos ópticos utilizados en caza deben ser impermeables al agua y estar rellenos de nitrógeno para que no se empañen.
Características deseables en cualquier aparato óptico de calidad porque permite utilizarlos en condiciones climáticas desfavorables propias de las que pueden presentarse en caza. Los instrumentos de gran calidad son impermeables al agua, están sellados con juntas para evitar la filtración del polvo y la humedad y también rellenos de nitrógeno para evitar el empañamiento. Términos referidos a visores de puntería Además de las nociones generales de óptica, todo usuario de visores debe conocer las siguientes utilizadas en miras ópticas:
La que existe entre el visor y el ojo del tirador sin que se cierre el campo de visión, es decir, cuando el tirador ve todo el campo de visión circular de borde a borde, que es como se tiene que disparar. Es una medida que interesa que sea amplia especialmente cuando se dispara con calibres grandes para evitar que con el retroceso el ocular nos golpee en el ojo.
Error que se produce cuando la imagen del blanco no se halla enfocada exactamente en el plano de la retícula. El error de paralaje se produce cuando el tirador no ve exactamente todo el campo visual al mirar por el visor y en casos extremos se percibe como una imagen desenfocada. Para minimizar este error, que se traduce en otro de puntería, los fabricantes de visores ajustan sus miras para que estén libres de paralaje a una distancia determinada (normalmente 100 metros o 100 yardas). Igualmente, las miras con muchos aumentos destinadas a la caza a distancias muy largas o cortas, sobre blancos muy pequeños, llevan el objetivo ajustable o un mando lateral situado en el costado opuesto de la torreta de deriva, y con una escala que indica la distancia para que el tirador pueda dejar libre de paralaje la mira a la distancia que piensa disparar. Así hay visores cuyo paralaje se puede regular desde 9 metros a infinito, etcétera.
Los visores poseen dos mandos de ajuste que permiten corregir el punto de impacto, una lateralmente o en deriva, y otra en altura. Este ajuste se hace normalmente girando el mecanismo, que posee una escala dividida y avanza mediante clicks, hasta conseguir que el arma impacte hasta donde se desea.
El mecanismo en los visores de gran calidad es extremadamente preciso en el sentido de que a cada click se desplaza el punto de impacto una distancia constante, naturalmente siempre que el tirador emplea un arma y munición de calidad, que agrupe bien. En los visores norteamericanos y en muchos europeos cada click suele equivaler a 1/4 de pulgada a 100 yardas (6,35 mm. A 100 yardas ó 7 mm. a 100 metros), pero también hay visores con ajustes más precisos, como 1/8 « (3,1 mm. a 100 yardas ó3,5 mm. a 100 metros) o incluso con ajustes inferiores, propios de las miras de grandes aumentos y alta precisión. Igualmente, en los visores para armas de batida se emplean correcciones del orden de 1/2» por click (que equivale a unos 12,7 mm. a 100 yardas ó 14 mm. a 100 metros). En las miras de caza de origen europeo las medidas de las correcciones más frecuentes son la citada de 0,7 cm. a 100 metros, 1 centímetro a 100 metros y 1,5 centímetros a 100 metros, según el tipo de visor.
Iniciales de las palabras anglosajonas «minuto de ángulo». 1 MOA equivale a 1 pulgada a 100 yardas. En muchos visores y catálogos de visores, la regulación por click del punto de impacto se expresa en MOA (1 click igual a 1/4 MOA, por ejemplo).
Es el sistema de puntería del visor. Existen numerosos tipos de retículas estándar y otros muchos modelos de retículas luminosas, de gran interés en la caza nocturna o diurna con malas condiciones de luz.
En un visor de puntería la retícula puede situarse en el plano del objetivo (primer plano de la imagen) o bien cerca del ocular (segundo plano de la imagen). En los visores con aumentos variables, si la retícula está situada en el plano del objetivo el tamaño de la retícula también se hace más grande o más pequeña al aumentar o disminuir la imagen. En cambio, si llevan la retícula situada en el segundo plano del ocular, su tamaño no se altera al modificar los aumentos.
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